Por Noelia Maizel [1] 

En los últimos años, la industria TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) ha cobrado relevancia en el plano productivo local.

La ciudad ha comenzado a gestar un ecosistema emprendedor que le ha dado crecimiento al sector, y a su vez, empresas de capitales nacionales e internacionales han instalado sus sedes (cuestión muy interesante en el marco de una ciudad con un gran número de empresas familiares de circuitos  y dinámicas de trabajo tradicionales).

Según ATICMA (Asociación TIC Mar del Plata) el ecosistema TIC está conformado por más de 70 empresas y 400 micro empresas, en las cuales 3300 personas son actualmente empleadas y año a año se incorporan más de 300. A su vez, este potencial desarrollo se retroalimenta con el crecimiento de las diversas instituciones educativas del sector.

Sin dudas las empresas de tecnología conducen a un cambio estructural a nivel productivo y económico, atrayendo capitales nacionales e internacionales y posicionando a la ciudad como uno de los principales polos tecnológicos del país.

Ahora bien, este tipo de empresas sientan la base para un cambio de paradigma que es aún mayor.

El mundo TIC nos invita a transitar el “futuro del trabajo” aquí y ahora. Nos confronta con los nuevos retos que exige el mercado laboral, entorno al requerimiento de nuevas habilidades técnicas, capacidades y actitudes entorno al trabajo.

El  qué, el cómo y el para qué del trabajo experimentan cambios a nivel socio-cultural. Es por eso que, las dinámicas laborales en el sector TIC comprenden un sinfín de prácticas diferentes de las que estamos habituados en los espacios más tradicionales de la ciudad.

Veamos sólo algunos puntos para pensar cómo son las dinámicas de trabajo en el sector TIC:

  • La economía del conocimiento y el buen clima laboral. Las empresas TIC configuran sus estructuras productivas en base a la economía del conocimiento,  es decir,  el conocimiento es el elemento fundamental para generar valor por medio de su transformación a información. “Cuidar a los colaboradores” es el lema principal de las empresas del sector para brindar un espacio apropiado que permita crear e innovar
  • Trabajo Global y Flexible. La posibilidad de poder “trabajar conectados” desde cualquier parte del mundo, con equipos de trabajo transnacionales, no sólo elimina los límites geográficos; sino que  brinda la posibilidad de no tener que trabajar en un lugar fijo.  Esta disposición, posibilita la interacción de diversos modos de trabajo, y de flexibilizar las jornadas, por ejemplo con home office u horarios flexibles.
    El trabajo global, por su parte, nos impulsa a  aprender constantemente, a adaptarnos y a romper barreras culturales.
  • Trabajo por Proyectos. El sector TIC usualmente trabaja por proyectos,pautando metas concretas y objetivos específicos. Este item es fundamental para la motivación de los equipos y de los profesionales que los componen.
    ¡Para los más jóvenes es fundamental ver metas cercanas para mantener la motivación y entender el para qué!
  • Trabajo Interdisciplinar.  Uno de los aspectos más novedosos del sector es que las soluciones que brinda pueden estar asociadas a cualquier aspecto de la sociedad y por ende a cualquier disciplina. Así,  el trabajo interdisciplinar se vuelve la mejor opción para el desarrollo y la gestión de un proyecto.
  • Trabajo en la Diversidad.  El trabajo global e interdisciplinar, casi sin querer, nos invita a transitar el camino de la diversidad en espacios de trabajo integrados. A nivel global y nacional las empresas TIC son protagonistas en la creación de programas de integración laboral para las “minorías” (mujeres, inmigrantes, personas con capacidades diferentes, etc.) Trabajar en la diversidad, con diferentes puntos de vista (configurados en realidades y posiciones sociales diversas) es la base principal para el desarrollo creativo e innovador.
  • Trabajo colaborativo y dinámico. En este marco, el trabajo colaborativo es la base indiscutible del trabajo en el sector TIC. La disrupción de las grandes mesas de trabajo, en lugar de oficinas cerradas; los trabajadores freelance; la asociación con instituciones públicas y privadas para la búsqueda de un fin común son algunos ejemplos. Al igual que en otros sectores el valor “marca” ya no tiene que ver solamente con el producto en sí mismo sino con el modo en que se construye valor con los demás.

La adaptación a las tecnologías y la transformación digital es algo que tarde o temprano llegará hasta a las empresas más tradicionales, ¿arribarán con ellas estos nuevos modos de trabajo? ¿Cuánto tardará el sector TIC en trasmitir este cambio en las dinámicas de trabajo al resto de los espacios laborales locales?

[1] Licenciada en Sociología (UNMDP) y miembro del equipo de Recursos Humanos de JRV Consultora Integral.